Localidad: Prádanos de Bureba
Fecha: Día de San Blas
Las
fiestas de gallos en otros tiempos, no tan lejanos, fueron muy
populares en numerosos pueblos de la provincia de Burgos. Quizás la más
famosa de estas fiestas haya sido la llamada EL ESCARRETE, que el día
de San Blas, celebraban en Poza de la Sal, pero hay constancia de que
se celebraba en Prádanos de Bureba, Castrojeriz, Gamonal, junto a
Burgos, Atapuerca, Castrillo del Val, varios pueblos del Valle de
Valdivielso, en concreto El Almiñé, Sotoscueva, Salas de los Infantes,
Mecerreyes. y aunque no había coincidencia en las fechas, el rito era
casi coincidente.
Federíco Olmeda recoge dos melodías de
Prádanos de Bureba que celebraba esta fiesta durante los tres días de
Carnaval. Con estas melodías (nº 49 y 50) cantaban las letras que
recoge el mismo autor, que también nos explica cómo se solía celebrar
la fiesta de gallos:
"Se elige una calle espaciosa cuyos lados
opuestos tengan ventanales anchurosos. De la ventana de un lado a la
del otro se sostiene una fuerte cuerda del centro de la cual pende un
gallo atado, objeto de la función dramática, que se ha de celebrar.
Un
nutrido grupo compuesto de mozas del pueblo, pandereta en mano, para
acompañar con ritmo a lo llano los cantares que han de dirigir al
gallo, se sitúa en la calle al pie del lugar de la fiesta. Las jóvenes
son las que han de dar muerte al gallo y antes de probar cada una en
particular su suerte han de dirigir un cantar, según las anteriores
tonadas. Concluido éste, comienza el ataque de la moza, y se va
derecha, espada en mano, a espadar al gallo; pero los mozos del pueblo
dominan en los ventanales los extremos de las cuerdas y así que viene
la improvisada gladiadora, ponen las cuerdas en continua oscilación de
arriba a abajo y de derecha a izquierda para librar al gallo de los
ataques femeninos. Al fin matan al gallo o se muere él de sentimiento.
Las
mozas que son las que costean la fiesta lo preparan para merienda y
convidan a los mozos; como el gallo solo no puede bastar, le cortan la
cabeza y enclavada en la punta de la espada, enarbola ésta la moza que
ha sido matona y marcha recorriendo las casas del pueblo y pidiendo
para la cabeza del gallo. Todo aquello concluye, como es natural, con
una comida más abundante que la de las bodas de Camacho.
Se cantan estos versos:
Con licencia de Dios
y la del señor Alcalde
hemos de matar al gallo
y sin meternos con nadie.
Gallito que estás colgado,
tienes las plumas de seda
y has de venir a morir
en manos de estas doncellas.
Este gallo es de Alcocero,
vecino de Virumbrales
el que no lo quia cree
pregúntelo a Monacales.
También vamos a mandar
las plumas de junto al rabo
para que pueda escribir
el fieldefechos de ogaño.
Ya se te ha acabado, oh gallo!
el dormir con las gallinas,
y el cantar por las mañanas
saludando al nuevo día.